domingo, 3 de abril de 2011

Trastornos alimenticios

¿Qué son los trastornos alimenticios?

Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal. Llevan al desarrollo de enfermedades causadas por ansiedad y por una preocupación excesiva con relación al peso corporal y al aspecto físico


¿Quiénes padecen estos trastornos?

Las alteraciones de alimentación y comportamiento más frecuentes entre los 12 y 20 años. Por lo general este problema afectaba casi solamente a mujeres, pero en la actualidad, muchos jóvenes varones, también las están desarrollando, con el fin de tener un mejor cuerpo, combinando estos problemas con el ejercicio físico excesivo o vigorexia, dejando de alimentarse sanamente para formar músculos a través del consumo de esteroides y proteínas sintéticas.
Los trastornos alimenticios se han convertido en una expresión sintomática de la época. Surgen como consecuencia del modo de vida, de los modelos estéticos predominantes, de problemas psicológicos o de autoestima. Hay una variedad de trastornos alimenticios que muestran su origen de maneras muy diversas. Tratar estos trastornos es de vital importancia para la salud física y mental de toda persona que los padece.


¿Cómo se manifiestan?

Las personas que los padecen dan una especial importancia a los alimentos, alrededor de los cuales giran todos sus pensamientos, sentimientos, sueños,  ideales y problemas, haciéndose hiperdependientes de esas ideas y desarrollando un trastorno de identidad a partir de la enfermedad.
Las conductas desarrolladas pueden alterarse o no voluntariamente, y para ello están involucrados múltiples factores personales, familiares y sociales, en los que el nivel de autoestima, las comparaciones constantes entre amigos y familiares, la presión de los medios de comunicación con relación a la moda y la "belleza" y el miedo a tener sobre peso, hace que quienes los padecen pierdan el sentido de la realidad, sometiéndose a dietas y hábitos que ponen en gran riesgo la vida y la salud integral.
Por lo general, el padecer algún tipo de trastorno alimentario va más allá de los síntomas particulares de cualquiera de sus manifestaciones, ya que son acompañadas por un marcado aislamiento de la persona, cansancio excesivo, sueño, irritabilidad, conductas violentas, agresión hacia personas conocidas miembros de familia, autoagresión al no aceptarse , vergüenza, culpa y depresión.


Factores

  
Factores biológicos: Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimenticio.
     
Factores psicológicos: Las personas con trastornos alimentarios tienden tener expectativas no realistas de ellos mismos y de las demás personas. A pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, defectivos, etc. No tienen sentido de identidad. Por eso tratan de tomar control de su vida y muchas veces se enfocan en la apariencia física para obtener ese control.

Factores familiares: Personas con familias sobreprotectoras, inflexibles e ineficaces para resolver problemas tienden a desarrollar estos trastornos. Muchas veces no demuestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de éxito. Los niños aprenden a no demostrar sus sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y la comida.

Factores sociales: Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza física y lo malo con la imperfección física. Las personas populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son personas con el cuerpo perfecto, lo bello. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas con el fracaso





Entre otros factores que pueden influir en las conductas alimentarias, están:

-La edad, ya que por lo general se desarrollan durante la pubertad en caso de las mujeres y en la adolescencia en los hombres, aunque se han presentado casos desde niñas de 6 años en adelante.

-El padecer sobre pero u obesidad durante la infancia, lo que ocasionó burlas entre los amigos o adultos.

-No aceptarse como persona, y tener determinados rasgos de carácter.

-Tener tendencias depresivas o sufrir trastornos de ansiedad, así como ciertos trastornos de personalidad como las conductas impulsivas, compulsivas.

-Haber elegido alguna afición o carrera que conceda gran importancia al peso como el moblaje, el atletismo, el físico culturismo, la danza y la equitación entre otras.

-Ser perfeccionista y exageradamente autocrítico, con autoexigencias desmedidas y rígidas.

-Tener una baja autoestima, personalidad depresiva, sensibilidad extrema y temor de enfrentar situaciones y conflictos.

-Tener familiares obesos o que padezcan algún desorden alimentario.

-Tener antecedentes familiares de trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.

-Tener antecedentes de abuso sexual.

-Convivir con personas que dan mucha importancia al peso y a la apariencia física.

-Tener perjuicios y mala interpretación de los valores.

-La presión social y mediática que existe alrededor de la figura y del  adelgazamiento, ya que la moda y la publicidad incitan más a adelgazar que a mantener una buena salud.

-La discriminación y burla hacia los obesos en todos los ámbitos de la vida social, escuela, trabajos, amigos, y hasta por los problemas que se generan en centros recreativos, transportes públicos y de diversión porque los lugares no están adaptados para personas con sobre peso.

-La difusión a través de revistas y páginas de Internet pro-anorexia.

-La inadecuado manejo de campañas contra la obesidad estipuladas por las secretarías de salud a favor de tener una mejor calidad de vida, y manejando que para ello, se debe conservar una figura delgada, lo que ha motivado una serie de dietas milagrosas y mágicas que en lugar de ayudar ponen en riesgo la salud.

- La publicidad marca una gran parte en esto ya que los jóvenes que miran un anuncio de comida o bebidas se antojan de comerlo o beberlo, esto hace que al ingerirlo, lo devuelvan por su mala alimentación.






Principales trastornos


Anorexia nerviosa


Es el trastorno alimenticio más común entre mujeres, sobretodo en edad adolescente. El síntoma más común que caracteriza este trastorno es la percepción alterada de la figura corporal. La consecuencia directa de esta distorsión es la suspensión de la ingesta de alimento alterándose los límites de peso en relación a la estatura y generando un deterioro grave de las condiciones físicas y mentales
Se presenta:
A. Miedo intenso a engordar, que no disminuye con la pérdida de peso.
B. Alteración de la silueta corporal, exagerando su importancia en la autoevaluación y negando los peligros que provoca la disminución de peso.
C. Pérdida de por lo menos 25% del peso original. En menores de 18 años de edad debe añadirse al peso inicial el que correspondería aumentar de acuerdo con el proceso de crecimiento y considerando que, una reducción de peso cercana a 15% es valorada como riesgo médico.
D. Negativa a mantener el peso corporal por encima del mínimo, según edad y estatura.
A estos criterios pueden agregarse los siguientes:
• Pérdida de peso autoinducida por conductas compensatorias: vómitos, laxantes, diuréticos y exceso de actividad física.
• Retraso en el desarrollo puberal: falta de crecimiento de los senos, amenorrea primaria o secundaria. En los varones, los genitales no se desarrollan y  hay pérdida del interés y de la potencia sexual.



Bulimia

Se caracterizan por episodios frecuentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias dañinas, como el vómito provocado, el abuso de fármacos, laxantes y diuréticos o cualquier  medicamento con efectos similares, el ayuno o el ejercicio, como en la anorexia nerviosa también en la bulimia existe una alteración de la percepción.
Se presenta:
A. Episodios recurrentes de voracidad:
- Comer en corto período de tiempo gran cantidad de alimentos.
- Falta de control sobre la alimentación durante el episodio.
B. Promedio de dos episodios de voracidad semanales durante tres meses.
C. Autoevaluación “indebidamente” influida por la forma y el peso corporales.
D. Conducta compensatoria:
- Purgativa: vómitos autoinducidos, laxantes, diuréticos.
- No purgativa: ayuno, ejercicios físicos extenuante



Diabulimia

Este nuevo trastorno alimenticio afecta a aquellas personas que padecen de  diabetes de tipo 1. Uno de los síntomas de esta enfermedad diabetes de este tipo es la pérdida de peso que normalmente se compensa mediante la aplicación de inyecciones de insulina. La diabulimia es el salteado de la aplicación de la dosis de insulina con el fin de perder peso. 


Vigorexia


Es un trastorno en el cual las personas realizan prácticas deportivas en forma continua. No es un trastorno alimenticio pero se lo asocia a ellos como una sintomatología. Las personas que padecen de esta adicción comparten algunos rasgos que presenta quien sufre de anorexia: baja autoestima, dificultades para integrarse en sus actividades sociales habituales, son introvertidos y rechazan o les cuesta aceptar su imagen corporal.




Obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo. Es la enfermedad nutricional más frecuente en los países desarrollados.
Un niño obeso o un adolescente obeso tienen muchas probabilidades de ser adultos obesos. Y esas dos etapas de la vida son periodos críticos en la posible aparición de la enfermedad.
En principio, como causas más directas están un consumo excesivo de nutrientes y un descenso en el gasto energético.
Los adolescentes obesos generalmente experimentan una significativa presión social, estrés y dificultades para cumplir las tareas de desarrollo. Las perturbaciones psicológicas también son muy comunes. Los síntomas de la obesidad pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos.

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Tratamientos para los trastornos de la alimentación

Es importante comprender que los trastornos de la alimentación son una enfermedad. Es común y esperable que el enfermo no intente modificar la situación. No es una falta de voluntad sino un síntoma de la enfermedad. La familia en estos casos debe ser la encargada de la consulta especializada de forma urgente.

Los trastornos alimenticios pueden ser exitosamente tratados y puede restaurarse un peso saludable. Es importante el diagnóstico temprano para obtener una éxito total en el tratamiento. Los trastornos alimenticios no son afecciones simples, debido a su complejidad demandan tratamientos largos y adecuados a cada situación, pero siempre deberá estar presente el trabajo interdisciplinario de los profesionales médicos. Un buen tratamiento contara con la conjunción de: cuidado y revisión médicos, intervenciones psicosociales, asesoría nutricional y, cuando sea adecuado, control de medicamentos.
En el terreno psicológico se entiende que los trastornos alimenticios son síntomas de asuntos subyacentes relacionados con conflictos emocionales. La alimentación trastornada constituye para quienes la presentan formas de nutrirse o protegerse, de expresar ira, de autocastigarse, apaciguar tensiones insoportables, distanciarse de situaciones dolorosas y hasta crear una identidad. Ello se manifiesta en expresiones como las siguientes:

“Comer me calma, me tranquiliza...”.
“Todo me agita y toda esa agitación la experimento como una sensación de hambre, incluso si acabo de comer. Tengo miedo de mí misma, de los sentimientos a los que estoy expuesta a cada minuto sin defensa”.
“Estoy en mi propia cárcel. No me importa lo que digan los otros, me he sentenciado a la delgadez”.
“La comida no me contesta ni me exige nada”.
“Después de purgarme me relajo”.
“Me siento exitosa cuando bajo medio kilo”.
“No me importa que todos me digan que no estoy gorda, que es cuestión de mi mente. Aun cuando sólo está en mi mente, yo llevo los pensamientos ahí. Son míos”.
“Cuando como, siento y es mejor no sentir; tengo demasiado miedo”.

Para quienes sufren trastornos alimenticios, la valoración que hacen de sí mismos está sobredeterminada por la imagen corporal, en la que se deposita la autoestima y la sensación de control sobre su vida. Problemas emocionales de todo tipo, conflictos personales en relación con la identidad sexual y de género, con las relaciones interpersonales y la falta de ubicación subjetiva también son determinantes de los trastornos alimenticios.



La negativa a comer o la compulsión bulímica se ofrecen como escenarios en lo que se despliegan deseos inconscientes que están, como mencionamos, fuertemente ligados a las vicisitudes de la feminidad.

Los conflictos de las personas con trastornos alimenticios son inconscientes y se mantienen ocultos hasta para ellas mismas. Sin esta consideración es imposible entender y atender estos trastornos, sus múltiples significados y simbolismos, las fantasías que se vinculan con la comida y que están detrás de las conductas patológicas. Además, sólo así se pueden comprender determinados rasgos tan característicos del trastorno como sus síntomas, los altos grados de reincidencia y de abandono del tratamiento, la falta total de conciencia de riesgo y la negativa a buscar ayuda

¿Cómo afectan a la salud?

Los efectos de los trastornos alimenticios en la salud son diversos grados de desnutrición y desequilibrios fisiológicos que producen diferentes complicaciones.
Los problemas cardiacos van desde las arritmias, debido al abuso de medidas evacuativas, hasta la disminución del tamaño de las cavidades del corazón, disfunciones de las válvulas cardiacas, baja presión arterial y mala circulación. 

Hay un alto índice de mortalidad, que va en aumento, debido a problemas cardiacos como consecuencia de trastornos alimenticios. Por ello se recomiendan mediciones y exámenes específicos.
La inducción del vómito en la bulimia puede provocar agrandamiento de las glándulas salivales, alcalosis metabólica, pancreatitis, hematemesis, esofagitis, hemorragia digestiva e hipopotasemia, las cuales pueden causar un ataque cardiaco. El abuso de conductas purgativas puede provocar desequilibrios hidroelectrolíticos de gravedad.

En el caso de las mujeres, la amenorrea -en la anorexia- y las irregularidades menstruales -en la bulimia- son síntomas importantes y resultan útiles para establecer un diagnóstico diferencial.
En el caso de los hombres se presenta disminución del interés sexual, de los niveles de testosterona y anormalidades testiculares.
En ambos padecimientos se presentan síntomas gastrointestinales como dolores e inflamación abdominal, fuertes cólicos, constipación y diarreas.


¿Qué hacer?

A continuación, se ofrecen unas pautas muy sencillas para ayudar a personas con trastornos de alimentación que se encuentren en mi entorno.
¿CÓMO PUEDO AYUDAR A AMIGOS Y MIEMBROS DE LA FAMILIA?
¿Qué hacer?
¿Qué no hacer?
-Aprende acerca de los trastornos alimenticios, así podrás saber los signos cuando los veas en alguna persona cercana a ti.
-Reconoce que los trastornos alimenticios son enfermedades potencialmente fatales, y por lo mismo deben ser atendidos.
-Escucha a tus amigos con respeto, sensibilidad y comprensión.
-Dile a las personas que sepas que sufren de un trastorno alimenticio, que lo apoyas y ayudarás en lo que necesita. Sugiérele que busque ayuda profesional especializada.
-Trata de estar disponible cuando tu amigo requiera ayuda.
-Hablen sobre sus propios sentimientos acerca de la comida, el peso, el conteo de calorías y el ejercicio
-No debes tomar una acción tu solo. Busca ayuda.
-No trates de solucionar el problema por él.
-No lo culpes ni juzgues por hacer algo erróneo.
-No te centres tú también en el peso, el número de calorías consumidas o los hábitos alimenticios particulares.
-No hagas comentarios acerca de la apariencia de las personas. Concentrarse en la pérdida de peso puede ser interpretado como algo favorable mientras que hablar del aumento de peso puede ser visto como malo.
-No lo ignores; él te necesita

Sugerencias para evitar los trastornos:


Diferenciar entre buenos y malas hábitos de alimentación 
·                     Hay que realizar de 3 a 5 comidas.
·                     Hay que comer de todo.
·                     No beber agua y beber refrescos.
·                     Evitar hacer mal reparto en la cantidad de alimento de cada comida.
·                     Tener un horario de comidas.
·                     Evitar comer mucho de unas cosas y poco de otras.
·                     No saltarse comidas.
·                     No comer a deshoras.