domingo, 3 de abril de 2011

Trastornos alimenticios

¿Qué son los trastornos alimenticios?

Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal. Llevan al desarrollo de enfermedades causadas por ansiedad y por una preocupación excesiva con relación al peso corporal y al aspecto físico


¿Quiénes padecen estos trastornos?

Las alteraciones de alimentación y comportamiento más frecuentes entre los 12 y 20 años. Por lo general este problema afectaba casi solamente a mujeres, pero en la actualidad, muchos jóvenes varones, también las están desarrollando, con el fin de tener un mejor cuerpo, combinando estos problemas con el ejercicio físico excesivo o vigorexia, dejando de alimentarse sanamente para formar músculos a través del consumo de esteroides y proteínas sintéticas.
Los trastornos alimenticios se han convertido en una expresión sintomática de la época. Surgen como consecuencia del modo de vida, de los modelos estéticos predominantes, de problemas psicológicos o de autoestima. Hay una variedad de trastornos alimenticios que muestran su origen de maneras muy diversas. Tratar estos trastornos es de vital importancia para la salud física y mental de toda persona que los padece.


¿Cómo se manifiestan?

Las personas que los padecen dan una especial importancia a los alimentos, alrededor de los cuales giran todos sus pensamientos, sentimientos, sueños,  ideales y problemas, haciéndose hiperdependientes de esas ideas y desarrollando un trastorno de identidad a partir de la enfermedad.
Las conductas desarrolladas pueden alterarse o no voluntariamente, y para ello están involucrados múltiples factores personales, familiares y sociales, en los que el nivel de autoestima, las comparaciones constantes entre amigos y familiares, la presión de los medios de comunicación con relación a la moda y la "belleza" y el miedo a tener sobre peso, hace que quienes los padecen pierdan el sentido de la realidad, sometiéndose a dietas y hábitos que ponen en gran riesgo la vida y la salud integral.
Por lo general, el padecer algún tipo de trastorno alimentario va más allá de los síntomas particulares de cualquiera de sus manifestaciones, ya que son acompañadas por un marcado aislamiento de la persona, cansancio excesivo, sueño, irritabilidad, conductas violentas, agresión hacia personas conocidas miembros de familia, autoagresión al no aceptarse , vergüenza, culpa y depresión.


Factores

  
Factores biológicos: Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimenticio.
     
Factores psicológicos: Las personas con trastornos alimentarios tienden tener expectativas no realistas de ellos mismos y de las demás personas. A pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, defectivos, etc. No tienen sentido de identidad. Por eso tratan de tomar control de su vida y muchas veces se enfocan en la apariencia física para obtener ese control.

Factores familiares: Personas con familias sobreprotectoras, inflexibles e ineficaces para resolver problemas tienden a desarrollar estos trastornos. Muchas veces no demuestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de éxito. Los niños aprenden a no demostrar sus sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y la comida.

Factores sociales: Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza física y lo malo con la imperfección física. Las personas populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son personas con el cuerpo perfecto, lo bello. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas con el fracaso





Entre otros factores que pueden influir en las conductas alimentarias, están:

-La edad, ya que por lo general se desarrollan durante la pubertad en caso de las mujeres y en la adolescencia en los hombres, aunque se han presentado casos desde niñas de 6 años en adelante.

-El padecer sobre pero u obesidad durante la infancia, lo que ocasionó burlas entre los amigos o adultos.

-No aceptarse como persona, y tener determinados rasgos de carácter.

-Tener tendencias depresivas o sufrir trastornos de ansiedad, así como ciertos trastornos de personalidad como las conductas impulsivas, compulsivas.

-Haber elegido alguna afición o carrera que conceda gran importancia al peso como el moblaje, el atletismo, el físico culturismo, la danza y la equitación entre otras.

-Ser perfeccionista y exageradamente autocrítico, con autoexigencias desmedidas y rígidas.

-Tener una baja autoestima, personalidad depresiva, sensibilidad extrema y temor de enfrentar situaciones y conflictos.

-Tener familiares obesos o que padezcan algún desorden alimentario.

-Tener antecedentes familiares de trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.

-Tener antecedentes de abuso sexual.

-Convivir con personas que dan mucha importancia al peso y a la apariencia física.

-Tener perjuicios y mala interpretación de los valores.

-La presión social y mediática que existe alrededor de la figura y del  adelgazamiento, ya que la moda y la publicidad incitan más a adelgazar que a mantener una buena salud.

-La discriminación y burla hacia los obesos en todos los ámbitos de la vida social, escuela, trabajos, amigos, y hasta por los problemas que se generan en centros recreativos, transportes públicos y de diversión porque los lugares no están adaptados para personas con sobre peso.

-La difusión a través de revistas y páginas de Internet pro-anorexia.

-La inadecuado manejo de campañas contra la obesidad estipuladas por las secretarías de salud a favor de tener una mejor calidad de vida, y manejando que para ello, se debe conservar una figura delgada, lo que ha motivado una serie de dietas milagrosas y mágicas que en lugar de ayudar ponen en riesgo la salud.

- La publicidad marca una gran parte en esto ya que los jóvenes que miran un anuncio de comida o bebidas se antojan de comerlo o beberlo, esto hace que al ingerirlo, lo devuelvan por su mala alimentación.






Principales trastornos


Anorexia nerviosa


Es el trastorno alimenticio más común entre mujeres, sobretodo en edad adolescente. El síntoma más común que caracteriza este trastorno es la percepción alterada de la figura corporal. La consecuencia directa de esta distorsión es la suspensión de la ingesta de alimento alterándose los límites de peso en relación a la estatura y generando un deterioro grave de las condiciones físicas y mentales
Se presenta:
A. Miedo intenso a engordar, que no disminuye con la pérdida de peso.
B. Alteración de la silueta corporal, exagerando su importancia en la autoevaluación y negando los peligros que provoca la disminución de peso.
C. Pérdida de por lo menos 25% del peso original. En menores de 18 años de edad debe añadirse al peso inicial el que correspondería aumentar de acuerdo con el proceso de crecimiento y considerando que, una reducción de peso cercana a 15% es valorada como riesgo médico.
D. Negativa a mantener el peso corporal por encima del mínimo, según edad y estatura.
A estos criterios pueden agregarse los siguientes:
• Pérdida de peso autoinducida por conductas compensatorias: vómitos, laxantes, diuréticos y exceso de actividad física.
• Retraso en el desarrollo puberal: falta de crecimiento de los senos, amenorrea primaria o secundaria. En los varones, los genitales no se desarrollan y  hay pérdida del interés y de la potencia sexual.



Bulimia

Se caracterizan por episodios frecuentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias dañinas, como el vómito provocado, el abuso de fármacos, laxantes y diuréticos o cualquier  medicamento con efectos similares, el ayuno o el ejercicio, como en la anorexia nerviosa también en la bulimia existe una alteración de la percepción.
Se presenta:
A. Episodios recurrentes de voracidad:
- Comer en corto período de tiempo gran cantidad de alimentos.
- Falta de control sobre la alimentación durante el episodio.
B. Promedio de dos episodios de voracidad semanales durante tres meses.
C. Autoevaluación “indebidamente” influida por la forma y el peso corporales.
D. Conducta compensatoria:
- Purgativa: vómitos autoinducidos, laxantes, diuréticos.
- No purgativa: ayuno, ejercicios físicos extenuante



Diabulimia

Este nuevo trastorno alimenticio afecta a aquellas personas que padecen de  diabetes de tipo 1. Uno de los síntomas de esta enfermedad diabetes de este tipo es la pérdida de peso que normalmente se compensa mediante la aplicación de inyecciones de insulina. La diabulimia es el salteado de la aplicación de la dosis de insulina con el fin de perder peso. 


Vigorexia


Es un trastorno en el cual las personas realizan prácticas deportivas en forma continua. No es un trastorno alimenticio pero se lo asocia a ellos como una sintomatología. Las personas que padecen de esta adicción comparten algunos rasgos que presenta quien sufre de anorexia: baja autoestima, dificultades para integrarse en sus actividades sociales habituales, son introvertidos y rechazan o les cuesta aceptar su imagen corporal.




Obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo. Es la enfermedad nutricional más frecuente en los países desarrollados.
Un niño obeso o un adolescente obeso tienen muchas probabilidades de ser adultos obesos. Y esas dos etapas de la vida son periodos críticos en la posible aparición de la enfermedad.
En principio, como causas más directas están un consumo excesivo de nutrientes y un descenso en el gasto energético.
Los adolescentes obesos generalmente experimentan una significativa presión social, estrés y dificultades para cumplir las tareas de desarrollo. Las perturbaciones psicológicas también son muy comunes. Los síntomas de la obesidad pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos.

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Tratamientos para los trastornos de la alimentación

Es importante comprender que los trastornos de la alimentación son una enfermedad. Es común y esperable que el enfermo no intente modificar la situación. No es una falta de voluntad sino un síntoma de la enfermedad. La familia en estos casos debe ser la encargada de la consulta especializada de forma urgente.

Los trastornos alimenticios pueden ser exitosamente tratados y puede restaurarse un peso saludable. Es importante el diagnóstico temprano para obtener una éxito total en el tratamiento. Los trastornos alimenticios no son afecciones simples, debido a su complejidad demandan tratamientos largos y adecuados a cada situación, pero siempre deberá estar presente el trabajo interdisciplinario de los profesionales médicos. Un buen tratamiento contara con la conjunción de: cuidado y revisión médicos, intervenciones psicosociales, asesoría nutricional y, cuando sea adecuado, control de medicamentos.
En el terreno psicológico se entiende que los trastornos alimenticios son síntomas de asuntos subyacentes relacionados con conflictos emocionales. La alimentación trastornada constituye para quienes la presentan formas de nutrirse o protegerse, de expresar ira, de autocastigarse, apaciguar tensiones insoportables, distanciarse de situaciones dolorosas y hasta crear una identidad. Ello se manifiesta en expresiones como las siguientes:

“Comer me calma, me tranquiliza...”.
“Todo me agita y toda esa agitación la experimento como una sensación de hambre, incluso si acabo de comer. Tengo miedo de mí misma, de los sentimientos a los que estoy expuesta a cada minuto sin defensa”.
“Estoy en mi propia cárcel. No me importa lo que digan los otros, me he sentenciado a la delgadez”.
“La comida no me contesta ni me exige nada”.
“Después de purgarme me relajo”.
“Me siento exitosa cuando bajo medio kilo”.
“No me importa que todos me digan que no estoy gorda, que es cuestión de mi mente. Aun cuando sólo está en mi mente, yo llevo los pensamientos ahí. Son míos”.
“Cuando como, siento y es mejor no sentir; tengo demasiado miedo”.

Para quienes sufren trastornos alimenticios, la valoración que hacen de sí mismos está sobredeterminada por la imagen corporal, en la que se deposita la autoestima y la sensación de control sobre su vida. Problemas emocionales de todo tipo, conflictos personales en relación con la identidad sexual y de género, con las relaciones interpersonales y la falta de ubicación subjetiva también son determinantes de los trastornos alimenticios.



La negativa a comer o la compulsión bulímica se ofrecen como escenarios en lo que se despliegan deseos inconscientes que están, como mencionamos, fuertemente ligados a las vicisitudes de la feminidad.

Los conflictos de las personas con trastornos alimenticios son inconscientes y se mantienen ocultos hasta para ellas mismas. Sin esta consideración es imposible entender y atender estos trastornos, sus múltiples significados y simbolismos, las fantasías que se vinculan con la comida y que están detrás de las conductas patológicas. Además, sólo así se pueden comprender determinados rasgos tan característicos del trastorno como sus síntomas, los altos grados de reincidencia y de abandono del tratamiento, la falta total de conciencia de riesgo y la negativa a buscar ayuda

¿Cómo afectan a la salud?

Los efectos de los trastornos alimenticios en la salud son diversos grados de desnutrición y desequilibrios fisiológicos que producen diferentes complicaciones.
Los problemas cardiacos van desde las arritmias, debido al abuso de medidas evacuativas, hasta la disminución del tamaño de las cavidades del corazón, disfunciones de las válvulas cardiacas, baja presión arterial y mala circulación. 

Hay un alto índice de mortalidad, que va en aumento, debido a problemas cardiacos como consecuencia de trastornos alimenticios. Por ello se recomiendan mediciones y exámenes específicos.
La inducción del vómito en la bulimia puede provocar agrandamiento de las glándulas salivales, alcalosis metabólica, pancreatitis, hematemesis, esofagitis, hemorragia digestiva e hipopotasemia, las cuales pueden causar un ataque cardiaco. El abuso de conductas purgativas puede provocar desequilibrios hidroelectrolíticos de gravedad.

En el caso de las mujeres, la amenorrea -en la anorexia- y las irregularidades menstruales -en la bulimia- son síntomas importantes y resultan útiles para establecer un diagnóstico diferencial.
En el caso de los hombres se presenta disminución del interés sexual, de los niveles de testosterona y anormalidades testiculares.
En ambos padecimientos se presentan síntomas gastrointestinales como dolores e inflamación abdominal, fuertes cólicos, constipación y diarreas.


¿Qué hacer?

A continuación, se ofrecen unas pautas muy sencillas para ayudar a personas con trastornos de alimentación que se encuentren en mi entorno.
¿CÓMO PUEDO AYUDAR A AMIGOS Y MIEMBROS DE LA FAMILIA?
¿Qué hacer?
¿Qué no hacer?
-Aprende acerca de los trastornos alimenticios, así podrás saber los signos cuando los veas en alguna persona cercana a ti.
-Reconoce que los trastornos alimenticios son enfermedades potencialmente fatales, y por lo mismo deben ser atendidos.
-Escucha a tus amigos con respeto, sensibilidad y comprensión.
-Dile a las personas que sepas que sufren de un trastorno alimenticio, que lo apoyas y ayudarás en lo que necesita. Sugiérele que busque ayuda profesional especializada.
-Trata de estar disponible cuando tu amigo requiera ayuda.
-Hablen sobre sus propios sentimientos acerca de la comida, el peso, el conteo de calorías y el ejercicio
-No debes tomar una acción tu solo. Busca ayuda.
-No trates de solucionar el problema por él.
-No lo culpes ni juzgues por hacer algo erróneo.
-No te centres tú también en el peso, el número de calorías consumidas o los hábitos alimenticios particulares.
-No hagas comentarios acerca de la apariencia de las personas. Concentrarse en la pérdida de peso puede ser interpretado como algo favorable mientras que hablar del aumento de peso puede ser visto como malo.
-No lo ignores; él te necesita

Sugerencias para evitar los trastornos:


Diferenciar entre buenos y malas hábitos de alimentación 
·                     Hay que realizar de 3 a 5 comidas.
·                     Hay que comer de todo.
·                     No beber agua y beber refrescos.
·                     Evitar hacer mal reparto en la cantidad de alimento de cada comida.
·                     Tener un horario de comidas.
·                     Evitar comer mucho de unas cosas y poco de otras.
·                     No saltarse comidas.
·                     No comer a deshoras.



Diagnóstico

El personal médico puede utilizar una serie de exámenes clínicos que le permitan no sólo realizar el diagnóstico de un trastorno alimenticio y corroborarlo, sino también medir el alcance de sus efectos.

Sin embargo, la divulgación de estas patologías, la expansión de la preocupación por las mismas a
nivel social y la circulación de información no confiable al respecto han derivado, tanto en una promoción de la sintomatología como en un sobrediagnóstico. Así sucede, por ejemplo, con algunos desórdenes transitorios de la adolescencia –como la falta de regularidad menstrual- o con conductas de riesgo que no derivan necesariamente en un cuadro de trastorno alimenticio.

 De igual modo, puede haber desnutrición como consecuencia de otros trastornos psicológicos, tales como depresión y algunas patologías de tipo esquizoide. A su vez, la desnutrición provocada por anorexia puede tener como consecuencia trastornos psicológicos secundarios importantes. De ahí que establecer el diagnóstico no debe reducirse a una serie de exámenes de laboratorio; debe llevarse a cabo con calma y teniendo en cuenta la variedad de factores que influyen en la aparición de un trastorno alimenticio y su desarrollo. Cada paciente requiere una escucha cuidadosa y personalizada que derive en un diagnóstico integral y en una terapéutica oportuna de acuerdo con el mismo.

La entrevista psicológica es de gran importancia para confirmar el diagnóstico de  trastorno alimenticio, evaluar la situación de riesgo, indagar sobre factores desencadenantes de las conductas sintomáticas e iniciar los primeros pasos del proceso terapéutico.

Resulta sumamente útil para conocer el estado emocional del o la paciente, explorar el funcionamiento mental y los rasgos de carácter, los conflictos básicos, las dificultades actuales, las relaciones con la familia y los pares y las actividades que lleva a cabo, entre otros aspectos.

Preguntas referidas sobre la actividad física desarrollada y a la percepción de su propio cuerpo son de gran utilidad para el establecimiento del diagnóstico diferencial; en los trastornos alimenticios se suelen negar la enfermedad, la pérdida de peso –en el caso de la anorexia– y las conductas patológicas –en el de la bulimia–, se teme engordar, siempre hay sensación de estar lleno de comida y, a veces, los intereses se reducen a temas asociados a la imagen, la delgadez, etcétera.

A su vez, las manifestaciones corporales que pueden indicar el padecimiento de anorexia corresponden a las de una alimentación insuficiente. Es necesario realizar los exámenes pertinentes para el diagnóstico diferencial con diabetes, tumores endocraneanos, colagenopatías, tiroidismos y embarazo.
En el caso de ser vomitadores es necesario detectar signos físicos como los mencionados y signos digestivos como pancreatitis, esofagitis, dilatación gástrica, constipación o ruptura del tubo digestivo.

Exámenes a realizarse

-Entrevista psicológica.
-Mediciones de peso y estatura de acuerdo con la edad y el sexo del paciente.
-Peso relativo, masa corporal, reservas grasas.
-Proteinograma electroforético.
-Valoración del estado nutricio y de reservas grasas.
-Biometría hemática.              
-Perfil hormonal y valoración ginecológica.
-Mediciones de presión arterial y pulso.
-Examen cardiovascular y electrocardiograma.
-Hepatograma, perfil hepático y tiroideo.
-Examen general de orina.
-Glucemia, uremia, colesterolemia.
-Calcemia, fosforemia, magnesemia.
-Tomografía computarizada.

-Eritrosedimentación.

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ALDF LEGISLA SOBRE BULIMIA Y ANOREXIA


REGLAS. Se pretende quitar extrema delgadez de anuncios(Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

En el Distrito Federal la bulimia y anorexia serán consideradas problemas de salud pública, luego de que el pleno de la Asamblea Legislativa del DF aprobara por unanimidad reformas a la Ley para la Prevención y el Tratamiento de la Obesidad y los Trastornos Alimenticios del DF.
Con ello se trabajará en la prevención, atención y la difusión de información fidedigna para que los casos de bulimia y anorexia no se incrementen entre la población capitalina.
La Secretaría de Salud local instrumentará acciones para el diagnóstico temprano y atención de los trastornos alimenticios, implementará campañas de información y elaborará una guía del sobrepeso, obesidad, anorexia y bulimia, además de proporcionar atención multidisciplinaria e integral a los pacientes que acudan a algún servicio de salud pública local.
La diputada perredista Maricela Contreras, presidenta de la Comisión de Salud y Asistencia Social de la ALDF dijo que, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dos millones de personas en el país padecen de alguno de estos padecimientos, de los cuales 90% son mujeres de 17 años de edad en promedio.
Entre las reformas destacan la obligación de las dependencias gubernamentales, órganos desconcentrados del GDF a no utilizar en su publicidad personas con extrema delgadez como estereotipos.
La Secretaría de Gobierno promoverá la adopción de medidas para regularla publicidad, mientras que la Secretaría de Desarrollo Social deberá emprender una campaña en la que se promueva la sana alimentación en los adolescentes para brindar información real sobre el tema.

LA ORTOREXIA: EL TRASTORNO ALIMENTICIO ''DE MODA''

Una nueva enfermedad amenaza con fuerza a aquellos que se obsesionan con cuidar su cuerpo. A la anorexia o la bulimia ahora se une un trastorno alimenticio que cada vez afecta a más personas: la ortorexia. Esta afección consiste en suprimir ciertos grupos de alimentos por considerarlos poco saludables provocando una falta de nutrientes esenciales para el cuerpo.
A la supresión de cierto tipo de alimentos se une la obsesión por el ejercicio físico que hace que los afectados por este trastorno se muestren débiles y demacrados.
La ortorexia es un trastorno que afecta a mujeres y hombres alrededor de los 30 años. En muchas ocasiones se empieza siguiendo dietas de moda de las celebrities como la del jarabe de arce, utilizada por Naomi Campbell, o la del grupo sanguíneo, de la que es fan Cheryl Cole. Esta última se basa en la creencia de que hay ciertos alimentos que engordan más o menos dependiendo de tu grupo sanguíneo.
La diferencia entre la ortorexia, según explica el citado diario, y otros trastornos alimenticios, como la anorexia o la bulimia, es que el objetivo de los que lo sufren no es necesariamente bajar de peso, pero se termina haciéndolo al creer, equivocadamente que se están llevando un estilo de vida saludable.
Aún no hay cifras muy fiables sobre esta enfermedad, porque es un trastorno que se ha identificado en los últimos años como un problema real de salud.
La sicóloga británica Deanne Jade explica que "la ortorexia es un trastorno oculto que se disfraza con la etiqueta de la alimentación saludable". "A menudo las personas que quieren comer de manera saludable sienten abrumados por la información contradictoria", explica, "comienzan a suprimir grupos de alimentos, como la carne o los lácteos, y se convencen de que son intolerantes".
Eliminar cierto tipo de alimentos de nuestra dieta, como por ejemplo la carne o los productos lácteos, puede provocar deficiencia de calcio, proteínas, hierro y nutrientes esenciales para vivir.


POLÉMICA EN ITALIA POR LA EXTREMA 
DELGADEZ DE MISS BIKINI

¿Esqueletos sobre la pasarela? La extrema delgadez de miss bikini en Italia ha encendido todas las alertas y vuelve a poner en entredicho la salud de las maniquíes que a diario desfilan en las pasarelas de todo el mundo. Cualquier desfile de moda despierta recelos entre quienes luchan contra los trastornos alimenticios. Este miércoles han sido las modelos extraflacas que han llevado la moda de baño de miss bikini quienes han encarnado el mal ejemplo perfecto para miles de personas que ven en ellas un ideal de belleza imposible.

OMITIR ALGUNA COMIDA ENGORDA Y GENERA TRASTORNOS ALIMENTICIOS: IMSS


México, 3 Abr. (Notimex).- Especialistas en nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advirtieron que omitir alimentos básicos durante el día no sólo provoca obesidad, sino que marca el inicio de algún trastorno alimenticio como bulimia y anorexia.
La jefa del Departamento de Nutrición en el Hospital General de Zona número 30, María del Socorro Santiago Sánchez, indicó que situaciones como desnutrición, diabetes e hipertensión son otras consecuencias graves por no llevar una dieta balanceada.
Explicó que existe un concepto equivocado entre hombres y mujeres de 20 a 40 años de edad de creer que si se deja de comer, como omitir ya sea el desayuno, la comida o la cena, se disminuye de talla y peso.
"Realizan ayunos prolongados; sin embargo, el mito de suspender algún alimento del día para bajar de peso puede ser el inicio de algún desorden alimenticio. Dejar de comer no ayuda a bajar de peso y, por el contrario, provoca aumento del mismo en algunas personas", indicó.
La especialista del Seguro Social explicó que no comer genera que el organismo utilice la reserva de glucosa que tiene para que los órganos trabajen, se producen más células de grasa y, por tanto, se forma el tejido adiposo.
Comentó que evitar algún alimento durante el día puede llevar a distintas consecuencias, entre las que resaltó disminuir la formación de tejido muscular, falta de algún nutrimento, enfermedades como desnutrición, diabetes o hipertensión.
También provoca llegar a un síndrome metabólico cuando se conjuntan diferentes enfermedades como diabetes, hipertensión y colesterol alto, abundó según un comunicado.
Detalló que el desayuno es el alimento más importante del día, porque es el primer proveedor de energía del cuerpo para que se puedan llevar a cabo las actividades; si no se realiza, hay escasez de glucosa en el cerebro y, por ende, falta de concentración en las tareas que se efectúan.
Es recomendable que el desayuno y la comida sean los de mayor contenido de cada grupo alimenticio (frutas, verduras, cereales, leguminosas y productos de origen animal), para que durante el día se ocupe la energía que se consume.
"La cena debe ser más ligera, pues si se comen carnes rojas, alimentos condimentados o con mucha grasa, éstos ocasionan que el proceso de digestión dure entre dos y cuatro horas, la energía que se consumió no se gaste e, incluso, problemas para dormir", alertó.
Santiago Sánchez consideró importante comer diariamente siete raciones de verduras, cinco de frutas, tres de proteínas y pocas cantidades de grasas, para ayudar al organismo a realizar sus funciones, tener buena digestión y lograr un estilo de vida saludable.
Agregó que también se debe practicar algún deporte por lo menos 30 minutos al día, así como beber por lo menos un litro y medio de agua, lo que permitirá mejorar la condición física, elasticidad y llegar al peso ideal en menor tiempo sin arriesgar la salud.
La nutrióloga recomendó que las personas que deseen bajar de peso, deben acudir a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) del IMSS, para que especialistas en nutrición les brinden la orientación adecuada, a fin de llevar un estilo de vida saludable y así lograr su peso ideal.

Conclusión



La atención de los trastornos alimenticios no es fácil ni unívoca; debido a su complejidad, a la multitud de factores intervinientes y a la dificultad de su abordaje, el manejo de los mismos es una tarea combinada que requiere la conformación de un equipo de profesionales de diversas disciplinas que trabajen conjuntamente. 

A su vez, es necesario rescatar la singularidad de cada caso y escuchar a cada paciente en su problemática específica.

El equipo de tratamiento básico debe ofrecer atención médica y psicoterapéutica y, de acuerdo con el caso, proporcionar terapia familiar o grupal, consulta ginecológica, psiquiátrica, endocrinológica y nutricia con profesionales idóneos que conozcan los trastornos alimenticios.
No basta una labor de equipo multidisciplinaria, se requiere de un tratamiento interdisciplinario, esto es, que profesionales de distintas disciplinas diseñen y establezcan mecanismos de intercambio profesional constantes y permanentes que permitan el trabajo conjunto más allá de las esferas de acción de cada quien. A su vez, la comunicación debe extenderse a cada paciente y a su familia.

El flujo de información y la relación constante es de gran importancia para hacer frente a ciertas características propias de los trastornos alimenticios, tales como el alto grado de reincidencia y la negación expresada en la falta de conciencia de la enfermedad y de sus riesgos, tanto en quien lo sufre como en su familia. 

El trastorno constituye una representación sintomática de conflictos inconscientes, tanto personales como familiares que tienden a trasladarse y reproducirse en el seno del equipo de trabajo, también de manera inconsciente. Fácilmente la relación entre profesional, paciente y su familia se vuelve adversa, de ahí la necesidad de realizar una revisión constante del equipo terapéutico que incluya el auto-examen de las actitudes propias de sus integrantes.

Por otro lado, las acciones implementadas en cadacampo tienen efectos en otro y la comunicación permanente es lo que permite un conocimiento pleno del desarrollo del caso. El flujo de información constante entre las diversas esferas de atención es necesario para el buen funcionamiento del equipo y el logro del objetivo del tratamiento, que es restaurar la salud y el bienestar del o de la paciente.

La articulación de distintos modelos de trabajo posibilita el enriquecimiento mutuo, pero al mismo tiempo requiere de paciencia para sobrellevar momentos de no integración entre los sectores de las distintas disciplinas.
Una vez diagnosticado el trastorno alimenticio es necesario determinar el nivel de afectación para establecer medidas a seguir. Es necesario diferenciar si el trastorno está en etapa aguda, de meseta o crónica:

• En la etapa aguda se presenta el riesgo de morir por desnutrición o por deterioro corporal, que es indispensable revertir por vía de la hospitalización o, si es posible, de tratamiento ambulatorio.

• En la etapa de meseta el riesgo clínico se ha estabilizado.

• La etapa crónica se caracteriza por un tiempo de evolución mayor a dos años sin signos de mejoría.

Los trastornos alimenticios surgen como válvula de escape o reguladores de conflictos familiares; cuando la familia no se muestra dispuesta a tratarse terapéuticamente y los riesgos de la persona enferma aumentan, se recomienda su hospitalización.

Cuando se requiere medicación por síntomas afectivos asociados al trastorno, como depresión o ideas delirantes, se hará necesaria la intervención del psiquiatra. 
No existe un psicofármaco específico para atender la anorexia. Se ha advertido que en el uso de antidepresivos por anoréxicos de bajo peso prevalecen los efectos secundarios del medicamento sobre los efectos antidepresivos; también se corre el riesgo de que algunos medicamentos sean utilizados por sus efectos adelgazantes. En cambio, en casos de bulimia se administran, con buenos resultados, algunos antidepresivos y ansiolíticos.

La psicoterapia es indispensable en el tratamiento de los trastornos alimenticios. Los conflictos personales -tales como dificultades en la autoestima y la autopercepción, la vinculación con la familia y las amistades, el aislamiento, la falta de ánimo y la apatía- son los que originan y sostienen el padecimiento. La psicoterapia es el camino para encontrar otras vías de resolución de los mismos. El tratamiento psicológico también contribuye al buen desarrollo del proceso de recuperación en la medida en que influye en la toma de conciencia sobre la enfermedad y sus riesgos, así como en la aceptación de la participación de los otros en el proceso de curación, desde el equipo interdisciplinario hasta la familia.

Cuando la situación no es de urgencia médica y la desnutrición o los desequilibrios no son graves, lo indicado es el inicio de una psicoterapia individual a la brevedad y su complemento con el apoyo de una terapia familiar idónea.

Si la persona se resiste a aceptar que tiene un problema, a ser tratada, y la desesperanza frente a los síntomas o al propio tratamiento aumenta, la terapia de grupo es útil porque establece un encuentro con “iguales” que sufren las mismas dificultades.

Aunque no es suficiente, puede ser de gran apoyo cuando el trabajo en otros ámbitos –médico, individual, familiar– no ha podido iniciarse, se ha obstaculizado o no ha dado muestras de avance.

El tiempo y la forma de recuperación varía en cada quien y depende de cada tipo de atención y en relación con la forma del trastorno alimenticio mismo. Cada caso es diferente, evoluciona o se modifica a su manera. Un alto grado de reincidencia es característico de estos trastornos. A veces el inicio de la restauración nutricia contribuye a superar los síntomas depresivos; en otras, aunque el grado de desnutrición no sea grave, se requiere apoyo terapéutico prolongado y constante para la mejoría. 

A su vez, la recuperación ponderal no indica en sí misma la superación del padecimiento. Si bien es cierto que los trastornos alimenticios pueden tener efectos orgánicos graves, sus causas son psicológicas y familiares y están fuertemente marcadas por lo social, que se refleja en cada caso de manera específica. Lo que se arriesga en los trastornos alimenticios no es sólo el vivir social, laboral o familiar, sino la vida misma.